Estudio: EuroRAP 2022. Programa europeo de valoración de carreteras seguras

La edición de 2022 del estudio de evaluación de carreteras EuroRAP en las vías catalanas recoge que la recuperación de la movilidad ha supuesto un incremento del número de víctimas mortales y heridos graves, pero sin volver a los niveles prepandemia. Entre sus conclusiones, destaca también que los motoristas están implicados en el 45% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales y heridos graves.

Objetivos

El RACC ha presentado la 21ª edición del estudio de evaluación de carreteras EuroRAP, que analiza un año más la accidentalidad en la red vial catalana. El RACC y otros clubes europeos miembros de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) evalúan cada año con esta metodología las redes viales de países de todo el mundo. En Cataluña, cuenta con la colaboración del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, el Servei Català de Trànsit y la Diputación de Barcelona.

EuroRAP es un consorcio europeo que analiza el riesgo de accidentalidad de las carreteras con el objetivo de mejorar la seguridad vial. Su metodología compara el número de accidentes graves y mortales que se han registrado en los últimos tres años en un tramo de carretera con el volumen de vehículos que circulan (la intensidad media diaria de tráfico, IMD). El estudio EuroRAP se publica cada año en Cataluña desde 2002 y analiza más de 6.300 km de carreteras interurbanas de titularidad estatal, autonómica y de las diputaciones.

En esta edición de EuroRAP se han analizado 6.373 km de carreteras de la red vial catalana (urbanas y travesías), que representan el 92% de la movilidad por carretera de Cataluña.

Conclusiones

Entre las conclusiones del estudio destacan las siguientes:

  • La Arrabassada vuelve a situarse como el tramo con más riesgo de accidente de Cataluña. En el 88% de los accidentes con muertos y heridos graves (17 en los últimos tres años) en esta carretera hay involucrada como mínimo una motocicleta.
  • Por séptimo año consecutivo, la C-58 entre Barcelona y Cerdanyola es el tramo de carretera con más accidentes graves y mortales por kilómetro de Cataluña para el conjunto de vehículos. Entre 2019 y 2021 se han producido 17 accidentes graves y mortales en un tramo de 7,1 kilómetros de longitud.
  • En el trienio 2019-2020 los accidentes graves y mortales han disminuido un 8,7%, mientras que la movilidad global se ha reducido en un 3,0% a consecuencia de la pandemia. En este contexto, la peligrosidad ha disminuido un 6,1% en el global de la red viaria analizada, si bien los tramos con riesgo «alto» o «muy alto» representan todavía el 25% del total evaluado.
  • Los kilómetros de riesgo «alto» y «muy alto» representan el 25% de la red, cuatro puntos porcentuales menos que en el trienio anterior. En Barcelona, el número de km con riesgo «alto» y «muy alto» se incrementan en 2 puntos, en Girona bajan 9 puntos porcentuales, en Lleida 6 y en Tarragona 5. Tarragona sigue siendo la demarcación con el porcentaje más bajo de km con riesgo «alto» y «muy alto» (20%) y Lleida con más km de riesgo elevado (28%).
  • Las carreteras convencionales (con un solo carril por sentido) acumulan casi la totalidad de los tramos con riesgo «muy alto», «alto» y «medio». En cambio, en las carreteras desdobladas (autovías y autopistas) prácticamente todos los tramos son de riesgo «bajo» o «muy bajo». El riesgo de sufrir un accidente grave o mortal en una carretera convencional es cuatro veces más alto que en una carretera desdoblada.
  • En el 45% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales y heridos graves que se producen en las carreteras catalanas ha estado involucrada como mínimo una moto o un ciclomotor, aunque sólo han representado un 2,3% de la movilidad global en carretera en Cataluña.

La Unión Europea ha establecido para 2030 el objetivo de rebajar en un 50% el número de fallecidos en carretera respecto a 2020. En el periodo 2010-2020 se registró una reducción de un 54% en el número de muertes. Las restricciones a la movilidad provocadas por la pandemia propiciaron este descenso tan notable y, cuando la movilidad se ha recuperado, el número de víctimas mortales se ha vuelto a incrementar, pero sin llegar a los niveles de 2019.