El RACC pide al Ayuntamiento de Barcelona que instale nuevos radares fijos solo en los entornos escolares y en los túneles de la ciudad
Ante la previsión del Ayuntamiento de Barcelona de poner en servicio cuatro nuevos radares de tramo y de instalar 46 nuevos radares fijos de punto (34 radares en 32 emplazamientos del proyecto “Ciudad 30” y 12 radares en entornos escolares) en la ciudad, el RACC cree que es una medida excesiva, ante la notable caída del número de víctimas y heridos graves en accidente de tráfico que ha tenido la ciudad durante la última década.
El RACC cree que:
- Instalar ocho veces más radares de los que había hasta ahora (añadiendo 48 a los 6 actualmente activos) no se puede justificar como una medida de seguridad vial, debido a que ni el número de accidentes ni el de víctimas se ha incrementado en esta medida en los últimos años en Barcelona (al contrario, la tendencia es claramente descendente, al margen de la pandemia).
- Solo tienen sentido los 12 radares en entornos escolares para mejorar la seguridad de los menores en calles con nuevo límite de 30 km/h y los 4 radares de tramo previstos en túneles urbanos: en la ronda del Mig, el túnel de la Rovira, el túnel de Glòries y la ronda Litoral, entre Miramar y la Barceloneta.
- El resto de radares tienen un objetivo más cívico que de seguridad vial, para pacificar el tráfico de la ciudad. Y en este sentido, el RACC es más partidario de medidas como campañas, en lugar de sanciones, que son percibidas como medidas recaudatorias.
Para los ciudadanos resulta muy complicado entender la necesidad de pasar de 6 a 54 radares de golpe, sin una razón justificada. Además, el Ayuntamiento ya dispone de radares móviles que pueden realizar la misma función cuando convenga y en los puntos donde sea realmente necesario, evitando el mensaje de criminalización de los conductores de vehículo privado que implica un despliegue tan masivo como el propuesto (multiplicando por nueve los radares fijos activos en la ciudad).
Por eso, el RACC pide en el Ayuntamiento que, de los 48 nuevos radares fijos que ha anunciado, reconsidere la decisión de instalar 32 y que se limite al despliegue de los 16 que se situarán en entornos escolares y túneles urbanos.
El RACC siempre ha defendido los radares, pese a su impopularidad, como un instrumento eficiente para reducir los accidentes de tráfico, en especial en las carreteras y siempre que estén debidamente ubicados, con una señalización de velocidad correctamente situada y en puntos donde se ha detectado concentración de accidentes. Del mismo modo, el Club se ha opuesto en todo momento a que los radares se utilicen como una medida recaudatoria.